De qué forma cuidar las cerraduras de nuestra casa

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Las cerraduras de las puertas exteriores pueden eventualmente gastarse o saturarse de suciedad y porquería, lo que puede hacer que las cerraduras se congelen o se pongan rígidas, o que las llaves se atasquen. Echa una ojeada a estos 4 pasos que puedes seguir para eludir que la cerradura se atasque y alargar la vida útil de la cerradura de tu puerta exterior.

1. Encuentra un lubricante

Puede hallar productos lubrificantes para cerraduras, como polvos de grafito o aerosoles que poseen teflón, en ferreterías minoristas, tanto grandes como pequeñas. Si no está seguro de qué producto debe comprar, llame a un cerrajero local y solicite su consejo. Ciertos cerrajeros desaconsejan el uso de lubricantes para todo uso como WD-40 pues eventualmente pueden evaporarse y convertirse en un resto que atrae más suciedad y suciedad. Evite que las cerraduras se peguen con un mantenimiento simple y rutinario.

2. Pulverízalo

Ya sea que se trate de un producto en polvo seco o de base líquida, siempre y en toda circunstancia siga las instrucciones y advertencias de la etiqueta. La mayoría de los productos le señalarán que ponga una boquilla o un tubo en el ojo de la cerradura y salpique el producto, introduciendo la mayor cantidad posible en el mecanismo de bloqueo interior. Probablemente deseará tener a mano un harapo de limpieza o una toalla de papel para limpiar cualquier exceso de rociado o escurrimiento que pueda acontecer a los dos lados de la perilla de la puerta.

3. Dale un giro

Asegúrate de que la puerta esté abierta y de que no te quedes afuera. Si la cerradura está en la manilla de una puerta, gire la manilla de un lado a otro múltiples veces y gire la cerradura interior múltiples veces, bloqueando y desbloqueando la puerta. Haz lo mismo con una cerradura de cerrojo fallecido. Esto asegurará que el lubrificante llegue a todas y cada una de las partes móviles en la cerradura.

4. Límpiala

Limpie cualquier exceso de rociado o escorrentía al salpicar el Aprender aquí lubrificante para cerraduras, lo que incluye limpiar el exterior de la perilla de la puerta o el cerrojo mismo. Para mantener la cerradura o la manija de la puerta en buen estado, límpiela conforme sea preciso o al menos una vez al año.